“VIVAMOS Y COMAMOS QUE MAÑANA MORIREMOSâ€: EN CONTRA LA FILOSOFÃA
1. Algunos han pensado en cerrar la Facultad de FilosofÃa de la Universidad ‘Complutense’, es decir, la que antes se llamaba “Universidad Central†de Madrid. Se preguntan: ¿para qué sirve una facultad que no tiene ningún rendimiento económico y de la cual ninguna empresa quiere contratar a ninguno de sus titulados?
La alimentación, el alojamiento, el transporte, la construcción, la economÃa y, sobre todo, el deporte, son los grandes temas del ‘pensamiento’ actual. Hoy la salud, el dinero, el ‘disfrutar’ de casi todo y el buen comer son los dioses que hay que cuidar, incrementar y adorar. Una superficialidad endémica, vestida con trapos curiosos y In, abierta a todo placer que haga olvidar la cotidianidad y que dé la satisfacción de sentirse vivo y coleando, es el vademécum de una sociedad que canta y piensa en inglés, pero que lo habla muy mal.
2. El pobre Aristóteles decÃa que todos los hombres, por su misma naturaleza, desean saber y poseen una “natural inclinación a la ciencia”. Hoy eso quiere decir que quieren saber cómo tienen que ordeñar la sociedad para sacarle los máximos beneficios.
Pero, ‘saber’ significa algo muy curioso. Esa palabra se refiere a saber qué es el Todo. Es el saber en sà mismo. Significa una ocupación que quiere desentrañar qué es el universo y conocer a dónde va.
Este enfoque no interesa más a esos cientÃficos de pata de palo, tan especializados en su especialidad, que la pregunta por el Todo y su significado. No la entienden, no la aceptan o la encuentran una verdadera estupidez.
Este deseo de saber qué es el Todo, espontáneo y universal en el hombre, es el grano que apareció hace muchos siglos y que creció y crece, se desarrolló y se desarrolla, hasta constituir algo tan fuerte y tan extraño como su nombre: el “Amor a al conocimientoâ€, en griego: Philo-Sophia.
3. Pero, ¿qué es la FilosofÃa? ¿De qué trata?
En los escritos griegos de Herodoto, Jenofonte y Platón y en lo que estos dos últimos decÃan que dijo Sócrates, es claro que filósofo es sinónimo de ‘sabio’, de ‘sofista’, de ‘fÃsico’ o de ‘naturalista’ e incluso, alguna vez, se aplicaba el nombre a los poetas y a los artistas. La fuerza nativa de la razón humana, en esfera superior a la generalidad de los hombres más vulgares, recibÃa el nombre de filosofÃa y también de sabidurÃa. En sus primeros pasos, estos dos nombres caminaron, en general, confundidos e identificados. Hasta la época de Pitágoras el segundo era más usado que el primero. Pero fue Platón quien generalizó la palabra ‘filósofo’ y concretó y fijó su sentido. También Aristóteles contribuyó a ello.
Platón dijo que la FilosofÃa es el camino por el cual el espÃritu humano se eleva al conocimiento objetivo del ser y de la causa de la perfección moral. Aristóteles dijo que la FilosofÃa es el conocimiento reflejo y sistemático de los principios del ser y del conocer en la investigación del mundo y de sus primeras causas y del hombre, en su origen y su fin.
Después, en las diversas escuelas el concepto de FilosofÃa se modificó y se estropeó no poco.
4. Recapitulando:
1. Desde los primeros ensayos ‘filosóficos’ hasta Pitágoras, los conceptos de filósofo y de sabio son equivalentes. A esta primera época podemos aplicar las palabras de Cicerón: Omnis rerum optimarum cognitio atque in his exercitatio Philosophia nominata est.
2. Desde Pitágoras hasta Aristóteles inclusive, el nombre y noción de la FilosofÃa se determinan, aclaran y fijan hasta adquirir su significación propia y diferencial. Se trata de la ciencia del mundo, de Dios y del hombre, en su esencia, en sus leyes y en sus relaciones objetivas.
3. Sócrates y Platón declaran que la ‘ciencia’ que el hombre puede alcanzar de estos objetos es imperfecta y muy poca cosa ante la que posee la divinidad.
4. En las escuelas posteriores, la FilosofÃa queda circunscrita a la investigación de la felicidad de la vida humana y de sus condiciones. Para otros se amalgama y confunde toda clase de conocimientos, desde la retórica y poética, hasta la magia y el esoterismo simbólico.
5. Para los estoicos no habÃa más FilosofÃa que el estudio y la práctica de la virtud, a la cual debÃa subordinarse todo lo demás. Asà lo dijo Séneca, “Philosophia studium virtutis est, sed per ipsam virtutemâ€.
5. AsÃ, pues, la Historia de la FilosofÃa, no es el estudio de todo lo se ha llamado ‘FilosofÃa’. Tampoco de lo que se tiene como “el pensamiento humanoâ€. Se considera ‘FilosofÃa’ el conocimiento racional o la investigación cientÃfica de la esencia, de las leyes y de las relaciones esenciales de la realidad.La FilosofÃa, y consiguientemente su historia, no se ocupan de los objetos y de las materias propias de las diversas ciencias. La FilosofÃa se ocupa de Dios, del mundo y del hombre. Esos son los tres grandes objetos de la realidad objetiva. Su esencia, sus leyes generales y su relación son la materia y el objeto especÃficos de la FilosofÃa.
Jaume González-Agà pito