“LA PLEGARIA DEL CORAZÓN†BUEN CAMINO PARA LA CONTEMPLACIÓN
- El Oriente cristiano, especialmente el monástico, tiene sus formas propias y especÃficas de plegaria. Formas con amplias raices en los Padres de la Iglesia. Formas que aparecirron y se desarrollaron en momentos muy especÃficos y decisivos de la historia de la lglesia. Los siglos XIV, XIX y XX fueron algunas de esas épocas privilegiadas.
También en el siglo XXI, ese tipo de plegaria se ha enraizado en amplios medios de seglares ortodoxos y de otras confesiones cristianas. Se trata especÃficamente de lo que se ha llamado la “oración de Jesús†o “plegaria del corazónâ€. - Esta “oración de Jesús”, sin embargo, sólo es un aspecto de un gran caudal de tradición orante que se puede encontrar en los testimonios compilados en “La Filocalia de la Oración de Jesús’. Colección de textos extraÃdos de la “Filocalia de los Santos Népticosâ€. Palabra que alude a la ‘nepsis’, la sobriedad, la vigilia y la vigilancia, propuestas por los “Padres del Desiertoâ€.
- En Occidente; hay tendencia a criticar esta oración, a asimilarla a los métodos tomados de algunas religiobes orientales no cristianas como el dhikr musulmán, el yoga hindú, el nembutsu japonés. A aislarla de su contexto eclesial y ascético cristiano: el hesicasmo.
Palabra derivada del término ‘hésychia’ que, para los monjes bizantinos designaba el silencio, la paz interior, condiciones para la unión con Dios. ‘Hésychia’ es un sinónimo de la ‘quies’, la paz del corazón, muy importante en la tradición benedictina. - También significa, en el Oriente cristiano, una colección de escritos ascéticos y mÃsticos recogido a fines del siglo XVIII por el metropolita de Corinto, Macario, y presentada por el monje del Athos, San Nicodemo el Hagiorita.
Esta impirtante “Filocalia Griega†fue publicada en 1782 en Venecia y, luego, traducida al eslavo, al ruso, al rumano y a otras lengyas.
Està obra reestructuró la importante renovación de la Iglesia ortodoxa en el siglo XIX, tanto en el ámbito griego como en el ruso y el rumano.
Pero, los textos compilados en “La Filocalia de la Oración de Jesús†tienen el inconveniente de aislar el método psicosomático de la “oración de Jesús†método sobre el cual se concentran, en su contexto eclesial, teológico y ascético. - Con todo, es importante el hecho de que pronto se comenzaran a publicar diversas traducciones integrales de la Filocalia.
“Philo-Kalia” quiere decir “amor de la belleza”. Belleza a la vez ontológica y personal que iradia el rostro de Cristo y que atrae el amor del cristiano y de la cristiana. “El alma es atraïda por lá belleza de Cristo”, dice Teolepto de Filadelfia. Belleza de la gloria del Señor resucitado que comunica la “gracia increada†(San Gregorio Palamás) y que transforma el hombre y la mujer que la reciben junto con su mundo, ante la “zarza ardiente”.
La Iglesia ortodoxa es profundamente “philokálica”, su culto, la Divina Liturgia (Misa) y el Oficio Divino, es precisamente “el cielo sobre la tierra” y en la existencia ‘transfigurada’ del cristiano en “la Vida en Crusto†(Juan Cabasikas). La belleza es orecisamente el Nombre divino, hecho, o mejor dicho, en Cristo. Jesús el Cristo, Hijo de Dios. Es un Nombre divino-humano, divino-cósmico: la nanifestación eficiente de la presencia divina.
Con estos textis filocálicos, “conocerás el fruto del silencio”. También entenderás que son “Bienaventurados aquellos cuyo pensamiento se confunde con la invocación del Nombre de Jesús, y que la repiten contÃnuamente en su corazón, como el aire se une al cuerpo y la llama a la lámparaâ€. - Textos que están ligados, en esta forma de oración, a la respiración y al corazón. “Persevera en el Nombre del Señor Jesús para que tu corazón beba al Señor y el Señor beba tu corazón, para que ambos se hagan unoâ€, dice una plegaria sobre la EucaristÃa ya recibida.
La “oración de Jesús†ha de ser una sola cosa con la respiración. Este método no es algo similar al yoga, ni algo esotérico, ni una curiosidad exótica. Es el eje discreto, pero no secreto, de toda la vida eclesial del Oriente cristiano.
- Algunos monjes, llevados a un semi-eremitismo y, a veces, a una reclusión total, son movidos por una gracia especial de la oración, a “consagrarse a la obra del silencio”. La oración de Jesús se sitúa, para ellos, en el interior de una ascesis metódica y rigurosa (“hacerse violencia en todas las cosas” a fin de convertirse en uno de esos violentos que se apoderan del Reino de Dios!).
Esos hombres se transforman, poco a poco, en columnas de intercesión, en padres espirituales, a quienes su misma reclusión, sumergiéndolos como seres atraïdos al océano de la vida trinitaria, los hace capaces de una prodigiosa “clarividencia”. Aislados del mundo, están, verdaderamente, unidos a todos ( Evagrio Póntico). Encerrados en un lugar estrecho y cerrado, trascienden al gran espacio de la gloria divina. - La “oración de Jesús†puede ser practicada de una manera muy humilde, no sistemática, y ha sido muchas veces readaptada con ese fin, Se podrÃa incluso decir que la oración de Jesús, convenientemente utilizada, se da al hombre de hoy que pretende “no tener tiempo de orar”. Si la practicara, por poco que fuera, él descubrirÃa que tiene mucho más tiempo para orar de lo que suponÃa. Cuando se sube una escalera, cuando se camina por la calle, durante un trabajo manual mecánico, cuando se toma un respiro en el curso de una conversación, cuando nos recogemos un instante durante un trabajo intelectual, por la noche cuando nos dirigimos a consolar a un niño que llora. “A vosotros también, os pasa tener que velar -decÃa a. sus interlocutores laicos üno de los grandes espirituales contemporáneos del Athos, el Padre Paissios, y agregaba, por ejemplo, cuando os levantáis para cuidar o consolar a uno de vuestros hijos. Nosotros, los monjes, velamos para consolar a todos los hombres, angustiados durante la noche”.
Jaume González-Agà pito