III. CREO EN EL ESPÃRITU SANTO. 11. EL ESPÃRITU SANTO, SEÑOR Y DADOR DE VIDA
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¿Cuál es el papel del EspÃritu Santo en nuestra salvación?
Dice la Escritura: “La prueba de que somos hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el EspÃritu de su Hijo, que grita: “¡Abbà , Padre!â€.
Los cristianos somos los que, muertos al pecado en el Bautismo, hemos sido también ungidos con la efusión del EspÃritu Santo.
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¿Qué relación hay entre la acción de Jesucristo y la del EspÃritu Santo?
Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, cuando Dios envÃa a su Hijo, envÃa siempre a su EspÃritu Santo: la misión de ambos es una, única e inseparable. En la “plenitud de los tiemposâ€, el EspÃritu Santo preparó en MarÃa lo necesario para la venida de Cristo. El Hijo de Dios es consagrado como Cristo, Ungido o MesÃas, mediante la unción del EspÃritu Santo en su Encarnación y en su Bautismo.
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¿Qué papel tiene el EspÃritu Santo en relación a la Iglesia?
Después de su muerte y su resurrección, Jesús fue constituido Señor y Cristo en la gloria. Desde su plenitud, derrama el EspÃritu Santo sobre los Apóstoles y la Iglesia. Él construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el sacramento de la comunión de la SantÃsima Trinidad con los hombres.
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¿Está fundada en esto la santidad de los hijos de la Iglesia?
La Iglesia de Cristo es la Iglesia de los ungidos por el EspÃritu Santo para dar fruto: el propio del Bautismo, el del perdón de los pecados, el de los que anhelan la vida eterna. El EspÃritu Santo es el “alma de la Iglesiaâ€.
Jaume González-Agà pito