Parroquia de Pedralbes LA MISA DOMINICAL
Sugestiones de Mons. Jaume González-Agàpito para la plegaria i para la preparación individual Año C, domingo 20, 14 de agosto de 2022
Jr 38, 4-6. 8-10; Hb 12, 1-4; Lc 12, 39-43.
“No he venido a traer la paz”
- Las palabras de Jesús en la perícopa evangélica de hoy son desconcertantes para los que se creen ‘archiocatólicos’:
He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!”
. “Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega
“Pensáis acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división”.
- Fuego, bautismo angustioso y división. Pueden parecer la divisa de un revolucionario y no las de Jesús el Cristo, dulce y bondadoso, que quizás nos hemos fabricado.
- El bautismo de su pasión, el fuego que combate la falsa paz y la división ante el mensaje de Jesús, son la propuesta de “Nuestro Señor Jesús el Cristo”. ¡Cuánto falso profeta sucumbe ante este programa! ¡Cuánto falso discípulo no atiende esas duras propuestas del Salvador. ¡Cuántos ‘caminos’ inventados por los hombres sucumben ante el que es realmente “el camino” hacia Dios: Jesús el Cristo.
- Fijar la mirada en Jesús
- Estamos “rodeados por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe”. Hay que dejar “todo lo que nos estorba” y hay que “librarnos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Para ello hay que “fijar la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe”.
- En tiempos de prueba hay que comprender cual es el fuego que Jesús nos trae: “Él, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia”. En los tiempos de prueba como los nuestros, hay que tener en cuenta esto precisamente. ¿Estamos prontos a renunciar a todo lo cómodo para aceptar nuestra cruz”. En tiempos de incertidumbre, como son los nuestros, ¿Estamos dispuestos a ir, realmente, por el camino bautismal/pasional de Jesús, el Cristo?.
- La gloria de Jesús el Cristo
- Es por este camino que Jesús ha obtenido la gloria: “Y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios”. Tanto bombero y tanto protector que hoy nos quiere salvar de muchas cosas ¿ha entendido realmente a Cristo Jesús? Hoy hemos de tener presente que la cruz es el camino para la gloria: para Cristo y para nosotros.
- Hay que “meditar, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores”, y no hay que “cansarse ni perder el ánimo, porque todavía no hemos llegado a derramar nuestra sangre en la lucha contra el pecado”.
- Este es “el camino” bonito, real y verdadero de Jesús el Cristo, muy diferente del que proponen tantos fundamentalistas disfrazados de cristianos. El camino de Jesús es el amor a Dios y al prójimo, ante el cual ni la vida, ni la muerte, ni los bienes, ni el estatus, ni la sabiduría son motivos que pueden competir e inmovilizar al seguidor de Jesús de Nazaret. Nuestro tiempo es tiempo de prueba. De prueba física, psíquica, espiritual y radical. Los cristianos que vivieron la Revolución Francesa, experimentaron algo semejante. George Bernanos nos lo recordó en sus “Dialogues des Carmélites”, pieza teatral que se editó, en París, en 1949.