SANTA CECÍLIA

1. Cecilia de Roma, más conocida como Santa Cecilia (en latín, Sancta Caecilia), según el Martyrologium hieronymianum, fue una noble romana, convertida al cristianismo y martirizada por su fe en una fecha no determinada, entre los años 180 y 230.
2. Solo la memoria de Santa Cecilia permaneció en la fecha tradicional cuando se revisaron los títulos de las basílicas martiriales romanas. De los otros, muchos fueron suprimidos porque carecían de datos o incluso indicios históricos sobre su culto. Incluso con respecto a Cecilia, venerada como mártir y honrada como patrona de los músicos, es difícil encontrar datos históricos completos.
3. Seis cosas, con todo, son ciertas:
   1) La certeza histórica de la antigüedad de su culto.
   2) El “título” basílica de Cecilia es muy antiguo, ciertamente anterior al año 313, es decir, a la edad de Constantino.
   3) La fiesta de la santa ya se celebraba, en su basílica del Trastevere, en el año 545.
   4) De Rossi localizó el sepulcro de Cecilia en las catacumbas de San Calixto, en una cripta adjunta a la capilla de la cripta de las papas, un nicho vacío en una de las paredes que probablemente contenía un sarcófago. Entre los frescos posteriores que adornan la pared del sepulcro, aparece dos veces la figura de una mujer ricamente vestida, y aparece una vez el papa Urbano I (quien ―según las Actas de santa Cecilia― había tenido una estrecha relación con la mártir).
   5) Fue transferido su cuerpo, luego, por Pascual I a la cripta de la basílica trasteverina.
   6) Los católicos celebran su memoria de manera obligatoria el 22 de noviembre, e incluyen su nombre en una de las plegarias eucarísticas de la misa —la plegaria eucarística I—. Los ortodoxos también la conmemoran en la misma fecha.
4. En cambio, La famosa “Pasio”, es un texto más literario que histórico. Hacia el año 480 aparecieron unas “Actas de santa Cecilia” anónimas, en latín, que se transmitieron en numerosos manuscritos y se tradujeron al griego.
   El relato en sí no tiene valor histórico; es un romance pío, como tantos otros recopilados en los siglos V y VI.

Mons. Jaume González-Agàpito