CRISTIANISMO, MONAQUISMO, SERVICIO PRESBITERAL Y EPiSCOPAL EN SAN AGUSTÍN: VIDA REGULAR Y COMUNITÁRiA
- En 385, Agustín se convirtió al cristianismo. En 386, se consagró al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. Renunció a su cátedra y se retiró con su madre y unos compañeros a Casiciaco, cerca de Milán, para dedicarse por completo al estudio y a la meditación.
- El 24 de abril de 387, a los treinta y tres años de edad, fue bautizado en Milán por el obispo San Ambrosio. Ya bautizado, regresó a África, pero antes de embarcarse, su madre Mónica murió en Ostia, el puerto cerca de Roma.
- Cuando llegó a Tagaste, Agustín vendió todos sus bienes y el producto de la venta lo repartió entre los pobres.
- Se retiró con unos compañeros a vivir en una pequeña propiedad para hacer allí vida monacal. Años después, esta experiencia fue la inspiración para su famosa Regla.
- A pesar de su búsqueda de la soledad y el aislamiento, la fama de Agustín se extendió por todo el país.
- En 391 viajó a Hipona (Hippo Regius, la moderna Annaba, en Argelia) para buscar a un posible candidato a la vida monástica, pero durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado presbítero, a causa de las necesidades del obispo Valerio de Hipona.
- Agustín aceptó, tras resistir, esta elección, si bien con lágrimas en sus ojos. Algo parecido sucedió cuando se le consagró como obispo en el 395. El presbiterado y el episcopado no son para él una forma de vida, sino un servicio eclesial.
- Entonces abandonó el monasterio de laicos y se instaló en la casa episcopal, que transformó en un “monasterio de clérigos”. En ella nació la gran intuición agustiniana de la vida clerical “regular y comunitaria”.
Mons. Jaume González-Agàpito