EL SACRAMENTO DEL ORDEN EN EL NUEVO TESTAMENTO

  1. Jesucristo, según el testimonio de los Evangelios, escogió, de entre sus discípulos, a doce, que, de acuerdo con su misión, son ‘apóstoles’, es decir, enviados, encargados, plenipotenciarios (Mt 10,1-4; Mc 3,13-19; LC 6,12-16).
  2. El los instruyó sobre los misterios del reino de Dios (Mt 13,11; Mc 4,11; LC 8,10), les dio particulares encargos y les otorgó poderes peculiares:
    1) Debían anunciar su Evangelio en todo el mundo (Mt 28, 19; Mc 16,15);
    2) Habían de administrar el bautismo (Mt 28, 19; Mc 16,16),
    3) Celebrar la eucaristía (Lc 22,19; 1 Cor 11,24: Haced esto en conmemoración mía »).
    4) Perdonar los pecados (Jn 20,23).
    5) Jesús les prometió un poder amplio de atar y desatar, que implica el poder pastoral en la doctrina y en el gobierno (Mt 18,18).
    6) Les transmitió la misión que él, había recibido del Padre (Jn 17,18; 20,21) m.
    7) Los dotó con su autoridad (Mt 10,40; LC 10,16) 2.
  3. Los pasajes bíblicos mencionados atestiguan que, por voluntad de Cristo, en su Iglesia, junto al sacerdocio común de todos los fieles, basado en el bautismo (1 Pe 2,5-9; Ap 1,6; 5,10), hay un sacerdocio especial, cuyos primeros depositarios fueran los apóstoles.
  4. La transmisión de las misiones y poderes sacerdotales de los apóstoles a otros sujetos se encuentra en Hechos de los Apóstoles y en las epístolas paulinas.
    1) Hech 6,1-6 elección e institución de siete varones, a quienes había de traspasar la gestión del servicio a los pobres en la comunidad primitiva de Jerusalén.
    2( La elección de los Siete la llevó a cabo toda la comunidad; la colación del cargo la realizaron los apóstoles mediante un rito religioso externo a base de oración e imposición de manos: «Ellos se presentaron a los apóstoles, y éstos oraron y les impusieroê las manos» (6,6).
    3) La interpretación tradicional, que remonta a San Ireneo de Lyón, considera a los Siete como a los primeros diáconos de la primitiva Iglesia, aunque en ninguna parte son designados como tales, y ve afirmada en el pasaje la institución del diaconado.
    4) Pero, como los Siete no se dedicaban exclusivamente a las tareas caritativas, sino que también predicaban, según se afirma de Esteban y de Felipe (Hech 6,8-7,53; 8,5-13.26-40), y bautizaban, como se testimonia de Felipe (Hech 8,12s.38), y como Felipe, «uno de los Siete», es designado expresamente como ‘evangelista’, es decir, como anunciador del alegre mensaje de Jesús (Hech 21,8), hay que admitir que a su ministerio, además del cuidado de los pobres, pertenecían también la enseñanza doctrinal y las funciones litúrgicas.
    5) Hoy, los exegetas sostienen la opinión de que los Siete, como auxiliares y representantes de los apóstoles, poseían el rango de ‘obispos’ o ‘presbíteros’, por lo cual ambas expresiones significaríab entonces lo mismo.
  5. Pocos años más tarde, aún en la época apostólica, el cargo de los Siete se habría desdoblado en dos sectores independientes en cuanto a sus tareas específicas: el sector episcopal-presbiteral y el diaconal.
    1) Hech 14,23 informa sobre la institución de «presbíteros» por San Pablo y San Bernabé en las comunidades de reciente creación en Licaonia y Pisidia: «Establecieron presbíteros (los más ancianos) en cada comunidad, y, después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor, en quien habían creído».
    2) La expresión ‘presbíteros’ no ha de entenderse en el sentido de las edad, sino en el de una significación del cargo como se daba ya en el judaísmo, y también fuera de él: los presbíteros son los jefes oficialmente establecidos de la comunidad cristiana, a quienes incumbía la predicación de la doctrina, el cuidado del culto divino y la vigilancia de la disciplina.
    3) La transmisión del cargo se designa con un verbo que, por su etimología, significa extender o elevar las manos, y, según el uso lingüístico común, expresa la elección para un cargo o para una misión (Cfr. 2 Cor 8, 19) 8 .
    4) En nuestro pasaje designa la incorporación en el cargo rector, que se producía no a través de toda la comunidad, sino por medio de San Pablo y de San Bernabé, aun cuando, probablemente, se atendiera a los deseos de la comunidad (Cfr. Hech 6,5).
    5) Que se llevara a cabo por la imposición de manos, no se puede deducir del término griego, pero se insinúa por la comparación con otros pasajes, como Hech 6,6; 13,3; 1 Tim 4,14; 5,22; 2 Tim 1,6.
    6) En el uso cristiano fue más adelante cuando el vocablo obtuvo la significación de «imposición de manos para la ordenación sagrada».
    7) La mención expresa de la oración y del ayuno atestigua el carácter religioso de este rito.
  6. Hech 13,3 informa sobre el envío de San Pablo y San Bernabé a la misión entre los gentiles. Durante la celebración del culto divino en la comunidad de Antioquía, el Espíritu Santo, probablemente por boca de uno de los profetas y doctores dotados de carisma allí presentes, dio el encargo de escoger a Bernabé y a Saulo para la obra de misionar a los gentiles.
    1) El envío tuvo lugar en una celebración religiosa mediante la oración e imposición de manos; «Entonces ayunaron y oraron por ellos, les impusieron las manos y los despidieron».
    2) No se dice quién efectuó la imposición de manos. Por el contexto hay que pensar en los profetas y doctores mencionados aparte de Bernabé y Saulo, o, tal vez, fue toda la comunidad.
    3) El pasaje fue entendido, frecuentemente, en el sentido de que a Pablo y Bernabé se les trasmitió el cargo episcopal en virtud de aquella imposición de manos.
    4) A esta interpretación se oponen, sin embargo, serios reparos. Como Pablo subraya muy claramente, la inmediatez de su vocación por Cristo (Gál 1,1) y como Bernabé, ya antes de su misión a Antioquía (Act 11,22), había sido investido por los apóstoles de los poderes exigidos para la dirección de la comunidad, pudiera ser más obvio ver en esta imposición de manos, que fuera un gesto de bendición, mediante el cual se invocó la gracia de Dios sobre los misioneros y su obra.
    5) A ello apunta también Hech 14,26 y 15,40, donde, en relación con el significado de la ceremonia de despedida misionera, se afirma que ambos «fueron encomendados a la gracia de Dios» para la obra misional entre los gentiles.
  7. En Hech 20,28, Pablo exhorta a los presbíteros de Efeso, en su discurso de despedida en Mileto: «Mirad por vosotros mismos y por toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha constituido obispos (inspectores) para apacentar la Iglesia de Dios que él adquirió con su propia sangre (o por la sangre de su propio [Hijo])».
    1) Las mismas personas que en el v.17 son designadas como ‘presbïteros’ (los más antiguos = presidentes), son llamadas en el v.28 ‘obispos’ (inspectores) en razón de su actividad dentro de la comunidad eclesial.
    2) Esta es la primera vez que aparece el término ‘obispos’ en el Nuevo Testamento.
    3)?Su misión es «apacentar» la Iglesia de Dios, es decir, la comunidad mesiánica de salvación.
    4) Por eso deben ser «pastores» que gobiernan su grey, la comunidad cristiana, con circunspección y ferviente celo (Cfr. 1 Pe 2,25; 5,2).
    5) Pablo hace resaltar que el Espíritu Santo los ha investido de su oficio de rectores. Esto no excluye el que, como en el caso de los presbíteros de las iglesias del sur de Galacia (Hech 14,23), fueran investidos por mediación del Apóstol. Fue el Espíritu Santo el que en esta ocasión les otorgó el poder y la gracia propios del cargo 13.
  8. En Flp 1,1, Pablo y Timoteo saludan a todos los creyentes en Cristo que hay en Filipos «junto con los obispos los diáconos» con el término de obispos.
    1) Hay que entender, como en Hech 20,28, los dirigentes locales de la comunidad, que, bajo la suprema dirección del Apóstol, ejercían su cargo a modo de colegio, tienen el mismo rango que los presbíteros en Hech 14,23; 20,17; 1 Tim 5,17; Tit 1,5; Sant 5,14′, 1 Pe 5,1 14 y que los «pastores y maestros» (en Ef 4,11 15, que los « que presiden» en 1 Tes 5,12 y que los «jefes» (en Heb 13,7.17.24.
    2) Los diáconos, que se mencionan por primera vez en Flp 1,1 como grupo especial de ministros eclesiásticos, son servidores y auxiliares de los apóstoles.
  9. En 1 Tim 4,14, Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a un celoso cumplimiento de sus deberes ministeriales.
    1) Le recuerda el momento de su incorporación al cargo de presidir en la comunidad eclesial: «No descuides el don que hay en ti, que se te dio, en virtud de la palabra profética, con la imposición de manos de los presbíteros».
    2) El don gratuito que Timoteo recibiera en aquella ocasión, y que desde entonces está en él de forma permanente como gracia propia de su cargo, no debe quedar inutilizado como un capital muerto, antes ha de servirle de ayuda para obtener la salvación de los que le están confiados.
    3) La investidura del cargo presidencial se efectuó mediante el rito externo de la imposición de manos que llevó a cabo sobre él el colegio local de presbíteros.
    4) Por 2 Tim 1,6 resulta que también el apóstol Pablo le impuso las manos.
    5) La elección para el cargo presidencial se llevó a cabo por el influjo de voces proféticas de carismáticos, que Io señalaron y lo recomendaron para el cargo presidencial (Cfr. 1 Tim 1,18) 16.
  10. Con el pasaje anterior se relaciona el contenido de 2 Tim 1,6, donde Pablo, al recordar a su discípulo la colación de su cargo, le exhorta a no desfallecer ni desmayar en su actividad apostólica: «Por esta causa, te recuerdo que debes reavivar el carisma de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos».
    1) El Apóstol compara el don gratuito, que, a partir de la investidura del cargo, está de modo permanente en Timoteo como gracia ministerial, con el rescoldo, que debe avivarse en fuego ardiente.
    2) Lo que quiere significar es que Timoteo debe utilizar la fuerza de la gracia en él depositada para una actuación apostólica eficiente.
    3)Esta fuerza gratuita le fue comunicada por la imposición de manos del Apóstol, que se representa aquí como medio o causa instrumental de esa donación.
    4) Por la comparación con 1 Tim 4,14, en el sentido tradicional, se deduce que, junto con el Apóstol, impuso también las manos el colegio presbiteral local.
  11. En 1 Tim 5,22, Pablo amonesta a su discípulo Timoteo para que acoja a los pretendientes al cargo presidencial eclesiástico sólo después de probarlos cuidadosamente: «A nadie impongas las manos ligeramente, ni te hagas cómplice de pecados ajenos». Puesto que en el contexto inmediato anterior se habla de la actitud de Timoteo respecto a los presbíteros, primero respecto a los que administran bien su cargo, después también respecto a los que se descarrían, encaja bien la amonestación de guardar buen cuidado en la elección de los presbíteros, para que no se convierta en cómplice de quienes no son cumplidores.
  12. La incorporación al estado de los presbíteros se hace mediante la imposición de manos de Timoteo, y también, según 1 Tim 4,14, de todo el presbiterio local.
    Si el pasaje quisiera referirse a la imposición de manos prescrita para la readmisión de los pecadores, como interpretan algunos Santos Padres (Tertuliano, Paciano de Barcelona) y algún que otro exegeta reciente (P. Galtier), habría que admitir un paso inmediato a un objeto totalmente nuevo y un significado de la imposición de manos que en ningún otro lugar de la Sagrada Escritura ni de la literatura patrística de los dos primeros siglos se atestigua, mientras que el significado de ordenación sagrada de esa imposición de manos está justificado ampliamente en las dos cartas a Timoteo y en los Hechos de los Apóstoles.
  13. Según Tit 1,5, Tito recibe de Pablo el encargo de establecer presbíteros en cada una de las ciudades de Creta en las que ya hay comunidades cristianas: «La causa por la cual te dejé en Creta fue para que terminases de organizar lo que faltaba y pusieses en cada ciudad presbíteros tal como yo te he encargado».
    1) Nada se dice del modo y manera de la colación del cargo. Pero se puede admitir que sería por la imposición de manos, lo mismo que en Hech 6,6; 14,23; 1 Tim 4,14; 2 Tim 1,6.
    2) A continuación se enumeran las características que deben concurrir en quienes han de ser elegidos para el ministerio de presbíteros.
    3) Hay que notar aquí que en el v.7, en lugar de la designación de presbítero, como era de esperar, se emplea la de «obispo»: «Porque es necesario que el obispo, como administrador de la casa de Dios, sea irreprochable». Dedúcese de ahí que ambas expresiones se usan todavía indistintamente, como
    atestigua también Hech 20,17 y 28 23.
  14. La imposición de manos, que en varios de los pasajes aducidos se menciona como rito externo de investidura del cargo, tiene su modelo en el Antiguo Testamento. Prescindiendo de otras aplicaciones simbólicas, como gesto de bendición o rito sacrificial, la imposición de manos sirve también como signo externo de colación de un cargo.
    1) Según Núm 8,10, los israelitas han de imponer las manos a los levitas para destinarlos al servicio de Yahweh.
    2) Según Núm 27, 18.23 y Dt 34,9, Moisés invistió a Josué de su cargo de caudillo mediante la imposición de manos.
    3) Como efecto de la imposición de manos, se menciona en Dt 34,9 la comunicación del espíritu de sabiduría, y en Núm 27,23, la transmisión de nobleza de Moisés
    a Josué.
    4) Según Núm 11,16s.24s, tomó Yahweh algo del espíritu que reposaba sobre Moisés y lo colocó sobre los setenta ancianos para que llevaran con Moisés el peso del pueblo. No se dice que esta donación del espíritu tuviera lugar por la imposición de manos, pero lo admite así ampliamente la exégesis judía.
    5) El término veterotestamentario para imponer las manos es el verbo samak [= apoyar, sostener]. De ahf se derivó, en la teología rabínica, el sustantivo semikah [= imposición de manos, ordenación sagrada].
    6) En el judaísmo tardío, los doctores elegían a sus alumnos por la imposición de manos. Con ello, maestros y jueces quedaban autorizados a tomar decisiones autónomas referentes a la Ley.
    7) De acuerdo con el modelo de investidura del cargo de Josué por Moisés, a la imposición de manos se le atribuía la transmisión del espíritu de sabiduría del maestro al discípulo.
    😎 Dominaba la opinión de que, a partir de Moisés, el espíritu de sabiduría se transmitía en una cadena ininterrumpida de la tradición.
  15. Pero en realidad la ordenación sagrada judía es mucho más reciente. Los testimonios literarios más antiguos en favor de la investidura de la ordenación sagrada se remontan a la segunda mitad del siglo d. de I d.C. Ya que en las fuentes aparece como una praxis conocida y en uso, y puesto que en el Nuevo Testamento los doctores de la Ley se presentan como un estrato cerrado, no se puede dudar de que se remonta a la época neotestamentaria. Parece que fue introducida basándose en el caso de Josué, como una medida de defensa contra influjos extranjeros, para mantener en toda su pureza la doctrina de la Ley.
  16. Mientras que, en la época antigua, los maestros ordenaban personalrnente a sus alumnos, más tarde, en la época postadriana, la ordenación se reservaba al sinedrín, que era a la sazón un colegio de doctores, y al patriarca. El sinedrín sólo podía verificar la ordenación con anuencia del patriarca; éste, al principio, sin consentimiento del sinedrín, pero más adelante sólo con consentimiento del mismo, debido a las ordenaciones abusivas. El sentido originario de la ordenación sagrada se fue perdiendo progresivamente, hasta que a finales del siglo III se hizo habitual otorgar la autorización de maestro y de juez, sin imponer las manos, de palabra o por escrito, en caso de que se tratara de ausentes. A partir del siglo V, las ordenaciones sagradas judías cayeron totalmente en desuso.

Jaume González-Agàpito

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