“LA IGLESIA QUE ESTÁ EN TU CASA”: ES LA REVOLUCIÓN DE LOS AMOS Y DE LOS ESCLAVOS CRISTIANOS

  1. De la ‘Epístola’ de Pablo a Filemón: “1. Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, 2 y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia y a la iglesia que está en tu casa”.
  2. Pablo escribe, quizás desde Éfeso, a un querido ‘obispo’ [v. 1: “τῶ ἀγαπητῶ καὶ συνεργῶ ἡμῶν”] que vive en Colosas (a 200 km.), “y a la iglesia que está en tu casa [καὶ τῇ κατ᾽ οἶκόν σου ἐκκλησίᾳ· ]”, sobre un esclavo, Onésimo, revelde, fugado, pero ‘recuperado’, bautizado y colaborador de Pablo.
  3. Onésimo vuelve ahora a su ‘amo’, Filemón, no como libre, sinó precisamente como esclavo. Pero, lo dos, amo y esclavo, son cristianos. Esta “Iglesia que está en tu casa” es una completa novedad. Cómo se vive eso “en cristiano”?
  4. Pablo no habla de fuga, sino de separación, solicitándole a Filemón que, leyendo los acontecimientos, vuelva a recibir a Onésimo como a alguien más digno que un esclavo, como a un “hermano querido“: (15-16) “Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor”.
  5. Los católicos del siglo XXI hemos de aprender mucho de todo esto. Nadie plantea aquí la abolición de la esclavitud. Desde la vida en Cristo, se ilumina y se suscita una gran novedad: Gracias al encuentro de amos y esclavos con Cristo, ambos adquieren la nueva relación de hermanos en virtud del mismo Espíritu recibido en el bautismo. Por tanto, aunque cada cual siga cumpliendo sus funciones en una sociedad no cristiana, han cambiado radicalmente sus relaciones.
  6. El futuro del esclavo no queda en las manos de su amo, sino de su hermano en Cristo: ha dejado de existir el esclavo para dar paso al hermano querido que sirve a otro cristiano, ambos esclavos del Señor (1 Cor 12,13; Gál 3,27-28). Todo ello repugna a la Revolución Francesa, pero es lo que creó el existencial cristiano, hoy perdido o traicionado en tantos católicos de derechas y de izquierdas!

Mons. Jaume González-Agàpito

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