CONSTRUCTORES DE LA PAZ Mt 5, 9: μακάριοι οἱ εἰρηνοποιοί,
- Mons. Paul Gallagher, responsable de la “Sección Segunda” de Secretaría de Estado de la Santa Sede, responsable de las relaciones con los estados, ha defendido, en la presentación de un libro en Roma, la actitud de Papa Francisco respecto a la guerra en Ucrania.
- Muchos ucranianos decepcionados han acusado al Papa de proponer un “pacifismo vacío”. Mons. Gallagher há dicho que no se puede ignorar que «la reacción de los ucranianos a la postura del Papa Francisco refleja una profunda decepción». Decepción de las autoridades políticas y de las jerarquías eclesiásticas ucranianas.
- Gallagher ha afirmado que és un error ver en las palabras y los gestos de Papa Francisco un «pacifismo vacío» o un «teatro piadoso». Dice que eso no corresponde con la visión e intenciones del Papa. Papa Francisco «Se niega a aceptar la guerra y es un obstinado creyente en la paz, invitando a todos a ser creativos y valientes en la construcción de la paz».
- Los gatos viejos como yo, hemos recordado a un antecesor de Mons. Gallagher: el querido colega y muy buen amigo, Jean Louis Tauran y nuestras conversaciones ‘infinitas’ sobre la guerra y la paz. También a la lucha, en el Sudan, con un Nuncio alcoholizado que vendía el sur cristiano por cuatro cuartos mahometanos. Más aún a Aloísio Lorscheider O.F.M., del Brasil, a quien, el 24 de mayo de 1976, tuve que notificarle qué Juan Pablo II lo había hecho cardenal: su ‘enemigo’ el Nuncio no quiso hacerlo él porque el franciscano no era ‘pacífico’.
- La actitud profética de Papa Francisco, en lugar de apreciarse, ha sido condenada. La «lógica de la guerra» hoy es fuerte en la UE i en USA. Y en la Iglesia Católica hay demasiado nazi, disfrazado de buen pastor proletario, para comprender a un Papa argentino luchador por la paz, buen amigo de Aloísio Lorscheider y qué acaba de hacer cardenal al arzobispo de Juba en el sur del Sudán.
Mons. Jaume González-Agàpito