DITRICH BONHOEFFER 7/7
Este hombre, Ditrich Bonhoeffer con una coherencia nacida de la fragilidad que ha entendido tantas cosas que, después, los doctores y sabios de turno han obviado, debe recibir hoy nuestra reconocida atención, la ofrenda de nuestro recuerdo al haber sido, para no pocos, un punto de referencia en nuestra navegación cristiana en tiempos nada fáciles y merece el testimoi de nuestra gratitud. Bonhoeffer recibe hoy en este ateneo teológico el homenaje que hace muchos años se le debía y que un servidor, en nombre del Gran Canciller, Mons. Lluís Martínez Sistach, hoy confirmo. Recibe, sin embargo, la seguridad que de esta casa, donde entró – como he dicho más arriba – en los años sesenta, mediante sus escritos, como fruto de nuestra preocupación por los problemas de nuestro mundo y por nuestra búsqueda de coherencia cristiana, jamás saldrá, él ha sido y es una referencia en nuestro trabajo teológico. Referencia que nos impone la honestidad de la verdad y el compromiso de rechazar cualquier mistificación del cristianismo. Dietrich Bonhoeffer ha sido y seguirá siendo para todos nosotros un ideal de fidelidad cristiana “inter humanas variedades”.
Mons. Jaume González-Agàpito