EL ESPÍRITU SANTO: DEL ANTIGUO TESTAMENTO AL PRIMER CONCILIO CONSTANTINOPOLITANO
- En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo se menciona en varios pasajes, aunque su presencia y función se diferencian en relación con el Nuevo Testamento.
- Aunque la terminología específica “Espíritu Santo” puede no ser tan frecuente en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, hay referencias al Espíritu de Dios o al Espíritu de Yahveh que indican su presencia y obra.
a) Génesis 1, 2: En el relato de la creación, se menciona que “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Aquí, el Espíritu de Dios está involucrado en el proceso creativo.
b) Jueces 3, 10: Después de que el Espíritu del Señor vino sobre Otoniel, él juzgó a Israel y lideró a la nación a la victoria contra el rey de Mesopotamia.
c) Jueces 6, 34: El Espíritu de Yahweh vino sobre Gedeón y le capacitó para liderar a Israel en la batalla contra los madianitas.
d) Jueces 14, 6: El Espíritu del Señor vino sobre Sansón y le dio fuerza sobrehumana para enfrentarse a sus enemigos filisteos.
e) 1 Samuel 10, 10: El Espíritu de Dios vino sobre Saúl cuando fue ungido como rey de Israel, y comenzó a profetizar junto a los profetas.
Estos son sólo algunos ejemplos destacados. - En el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo se manifestaba ocasionalmente y de manera selectiva en ciertas personas para realizar tareas específicas como capacitar a líderes, profetizar o dar fuerza. Sin embargo, no se menciona una relación personal e íntima con el Espíritu Santo como se enfatiza en el Nuevo Testamento, donde el Espíritu Santo habita en los creyentes y los capacita para vivir una vida en comunión con Dios.
- En el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo adquiere una mayor prominencia y se revela de manera más completa en comparación con el Antiguo Testamento. Aquí hay algunos aspectos clave sobre el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento:
a) Promesa del Espíritu Santo: Jesús prometió enviar al Espíritu Santo a sus seguidores después de su partida. En Juan 14:16-17, Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.
b) Bautismo en el Espíritu Santo: En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se narra la venida del Espíritu Santo de manera poderosa sobre los creyentes. En el día de Pentecostés, los discípulos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, capacitándolos para predicar el evangelio con valentía y poder (Hechos 2, 1-4).
c) Guía y enseñanza: El Espíritu Santo fue prometido como guía y maestro. Jesús dijo en Juan 16, 13: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.
d) Habita en los creyentes: En el Nuevo Testamento, se enfatiza que el Espíritu Santo habita en los creyentes. En 1 Corintios 6:19, Pablo dice: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”.
e) Fruto y dones del Espíritu: El Espíritu Santo produce en los creyentes el fruto del Espíritu, que incluye amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5, 22-23). Además, el Espíritu también distribuye dones espirituales a los creyentes para edificar y fortalecer la iglesia (1 Corintios 12:4-11).
Estos son solo algunos aspectos destacados del papel del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. - En general, el Espíritu Santo se presenta como una persona divina activa y vital en la vida de los creyentes, capacitándolos, guiándolos, consolándolos y transformándolos a medida que siguen a Jesús.
- Los Padres Apostólicos fueron escritores cristianos que vivieron en los primeros siglos después de la muerte de los apóstoles. Aunque sus escritos no se consideran parte del canon bíblico, brindan una visión importante de la fe y las creencias de la iglesia primitiva. Aunque no hay una extensa discusión específica sobre el Espíritu Santo en los escritos de los Padres Apostólicos, se pueden encontrar algunas referencias y enseñanzas sobre el Espíritu Santo en sus obras. A continuación, mencionaré algunos ejemplos:
a) Clemente de Roma: En su Epístola a los Corintios, Clemente menciona el Espíritu Santo en relación con la actividad y la obra divina en la iglesia. También destaca cómo el Espíritu Santo inspiró a los profetas del Antiguo Testamento.
b) Ignacio de Antioquía: Ignacio enfatiza la importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes y en la unidad de la iglesia. Menciona la obra del Espíritu en la santificación y transformación de los cristianos.
c) Policarpo de Esmirna: Policarpo hace referencia al Espíritu Santo en sus escritos, reconociendo la presencia y la acción del Espíritu en la vida de los creyentes.
d) Justino Mártir: Justino menciona al Espíritu Santo en relación con la inspiración profética y la obra de Dios en la salvación. - Aunque las enseñanzas específicas sobre el Espíritu Santo en los escritos de los Padres Apostólicos no son tan detalladas o sistematizadas como en los escritos posteriores de los teólogos, estos padres tempranos reconocían la importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes y su relación con Dios. Sus escritos ayudan a establecer una base para el desarrollo posterior de la teología del Espíritu Santo en la tradición cristiana.
- El Primer Concilio de Constantinopla fue convocado en el año 381 d.C. y fue un concilio ecuménico de la Iglesia cristiana primitiva. En este concilio, se abordaron varias cuestiones teológicas, incluyendo el tema del Espíritu Santo. Aquí hay algunos aspectos relevantes sobre la discusión y la enseñanza del Espíritu Santo en el Primer Concilio de Constantinopla:
a) Confirmación del Credo Niceno: Uno de los logros más importantes del concilio fue la confirmación y ampliación del Credo Niceno, que se había establecido en el Primer Concilio de Nicea en el año 325 d.C. El Credo Niceno afirmaba la divinidad del Espíritu Santo y su coigualdad con el Padre y el Hijo.
b) El Espíritu Santo como Señor y Dador de Vida: En la enseñanza del concilio, se afirmó que el Espíritu Santo es Señor y Dador de vida, junto con el Padre y el Hijo. Se reafirmó su plena divinidad y su participación en la obra de la creación y la salvación.
c) Contra la herejía macedoniana: El concilio también trató de refutar la herejía macedoniana, que negaba la divinidad del Espíritu Santo y sostenía que el Espíritu era una criatura inferior. El concilio afirmó la plena divinidad del Espíritu Santo y condenó las enseñanzas macedonianas.
d) El Espíritu Santo como fuente de unidad y vida en la Iglesia: El concilio enfatizó la obra del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia y su papel en la santificación de los creyentes. Se reconoció que el Espíritu Santo es el principio de unidad en la Iglesia y el agente de la comunión entre los creyentes. - El Primer Concilio de Constantinopla contribuyó a la formulación y clarificación de la doctrina trinitaria, incluyendo la plena divinidad del Espíritu Santo. Sus enseñanzas sentaron las bases para el desarrollo posterior de la teología del Espíritu Santo en la tradición cristiana.
JGA