EL SÁBADO DE LÁZARO EN EL RITO BIZANTINO
- Es el sábado anterior al Domingo de Ramos Celebra la resurrección de Lázaro de Betania. El Evangelio según Juan informa que “Seis días antes de la Pascua, Jesús llegó a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los”. Jesús se alojó allí durante la “Semana Santa”, y es donde tuvo lugar la su unción por María, la hermana de Lázaro, el Miércoles Santo.
- Esta conmemoración aparece en las homilías de San Juan Crisóstomo (349-407) y San Agustín de Hipona Regia (354-430). San Andrés de Creta, San Cosme de Maium y San Juan Damasceno escribieron himnos y cánones para la fiesta, que todavía se cantan hoy en el rito bizantino.
- Durante la semana anterior en el Triodion de Cuaresma se rastrea la enfermedad y luego la muerte de Lázaro, y el viaje de Cristo desde la otra parte del Jordania hasta Betania. Esta semana se conoce como la “Semana de las Palmas” o la “Semana florida”.
- La teología del Sábado de Lázaro aparece en el primer sticheron de las vísperas del viernes anterior: “Habiendo completado los cuarenta días que traen provecho a nuestra alma, Suplicamos a tu amor por el hombre: Concédenos también contemplar la Semana Santa de tu Pasión, para que en ella glorifiquemos tus poderosos actos y tu inefable dispensación por nosotros, cantando unánimes: Oh Señor, gloria a Ti”.
- Durante las vísperas del mismo viernes, la lectura del Génesis (que comenzó el primer día de la Gran Cuaresma) concluye con la descripción de la muerte, el entierro y el duelo de Jacob (49, 33-50: 26) y en las completas, se canta un Canon sobre la Resurrección de Lázaro de San Andrés de Creta.
- En el sávado, las lecturas y los himnos centran la resurrección de Lázaro como presagio de la Resurrección de Cristo y prefiguración de la Resurrección universal.
- La perícopa evangélica es una afirnación de las dos naturalezas de Cristo, definidas en Calcedonia.
- Varios himnos, escritos en primera o segunda persona, relacionan simbólicamente la muerte de Lázaro, su sepultura y los lazos del entierro con el estado pecaminoso del individuo. Muchos de ellos durante la oración por los difuntos,
- En la Divina Liturgia, se afirna: “Todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo”.
JGS