LA « TEOLOGÎA APOFÁTICA » ES EL GRAN CAMINO PARA LA TEODICEA DEL SIGLO XXI?
- El monoteísmo hoy está en plena crisis y, filosóficamente, en quiebra. Únicamente puede autorrelativizarse frente a otras religiones, negándose a sí mismo y al precio de renunciar a sí mismo. Se han excluido los monoteísmos del discurso filosófico. Lo que yo estudié, en la Universidad de Barcelona, la Teodicea, hoy y’a no es ‘filosofía’, es « Religiones comparadas ».
- El monoteísmo, sea de la clase que sea, hoy, únicamente puede autorrelativizarse frente a otras religiones al precio de la renuncia a sí mismo. Pero excluir las religiones monoteístas del discurso filosófico, además de insensato, es peligroso, porque tal exclusión, lejos de dominar el potencial de violencia que lo libera de modo incontrolado y hace que pierda su potencial positivo. Ello es insensato y peligroso. Tal exclusión, lo libera de modo incontrolado y hace que se pierda su potencial positivo.
- El cardenal Walter Kasper, hombre de referencia para el gran Papa Francisco, decía, en uno de sus libros: « El pluralismo posmoderno puede caracterizarse como una nueva forma de politeísmo. No existe ya el Dios uno, sino múltiples dioses. Puesto que ninguna religión posee ya una posición de monopolio ni es dada de antemano de manera vinculante, existe el «imperativo herético», o sea, la necesidad de la haíresis, de elegir y de realizar una opción personal».
- La tradición cristiana, hoy, es únicamenteda une más entre las numerosas tradiciones religiosas. Max Weber afirmó: «Los múltiples dioses antiguos, desencantados y en figura de poderes impersonales, salen de sus tumbas, se afanan por conquistar poder sobre nuestras vidas y reinician su eterna lucha entre ellos».
- La moderna teología pluralista de las religiones reacciona a esta situación proponiendo la renuncia a todas las pretensiones de absolutez. Esta es una solución que a muchos les parece hoy viable. Sin embargo, hay que ser conscientes de que solo es posible bajo un supuesto, a saber, el suicidio de las religiones monoteístas, esto es, no solo del cristianismo, sino también del judaísmo y el islam.
- Por eso, yo ya propuse otro camino, en 1965, a mi profesor de Teodicea en la Universidad de Barcelona, en 1964, la Teología negativa o ‘apofática para pensar la tradición cristiana. Es lo mismo que intenté explicar y explicitar al Dr. Josep M. Rovira Belliso, en el primer curso que impartió sobre « De Deo » en el Seminario Conciluar de Barcelona, en el curso 1964-1965.
- Yo preguntaba y pregunto si el pensamiento posmoderno no podría entenderse en el marco de la tradición antigua, medieval y moderna de teología negativa. Esta la encontramos ya en Sócrates y Platón y más tarde, en Filón de Alejandría y plenamente en el neoplatonismo de Plotino y Proclo, en Gregorio de Nisa, en Gregorio Nacianceno, en el pseudo Dionisio Areopagita), en Gregorio Palamás, en el Maestro Eckhart, Nicolás de Cusa y en el movimiento hesicasta.
- Esta tradición de pensamiento no puede hacer ningún tipo de afirmación positiva sobre el Uno, lo divino o Dios, sino que al final se limita a decir lo que Dios o lo divino no es. Acaba en aque110 que en último término es inefable y en el silencio, en una —tal como lo formuló Nicolás de Cusa— docta ignorantia, un «no saber sapiente».
- Esta es una fórmula que se encuentra ya en Platón, lis Padres Capadocios, Agustín, Buenaventura y Gregorio Palamás. También Tomás de Aquino era consciente de la incomprensibilidad de Dios: « De essentia divina, quomodo sit, vel potius, quomodo non sit ».
Mons. Jaume González-Agàpito