MISA DOMINICAL Año C, Domingo 5 de Cuaresma, 6 de abril de 2025

Is 43,16-21; Fil 3, 8-14; Jn 8,1-11 Sugestiones de Mons. Jaume González-Agàpito para la plegaria y para la preparación individual

1. El ‘juicio’ de Jesús: Tampoco yo te condeno”.

  1. Como introducción a la antigus “Semana de Pasión”, los textos de esta misa señalan la salvación de Dios, que crea una nueva realidad que ardientemente deseamos. Pero, aquí y ahora, la salvación definitiva aparece presente y personalizada. La perícopa evangélica muestra una situación compleja y paradigmática: unos seres humanos, pecadores acusan a otra persona ante Jesús.
  2. Jesús, mudo, escribe en la tierra, está como ausente. Pero, de golpe, interrumpe su silencio. Descubre, en los acusadores una extraña comunión con la culpa de la imputada. Consecuentemente nadie puede acusar a la.pecadora porque todos los acusadores son de la misma ralea.
  3. Frente a ese mudismo revelador, cada acusación es como una autoacusación. Jesús, en este hipócrita conflicto de la maldad humana, manifesta la sentencia de su juicio: el perdón. “Dios los ha encerrado a todos en la misma desobediencia”, no para castigarlos como los acusadores querrían castigar a la acusada, sino “para obtener misericordia en todo” (Rm 11, 32).

    2. Jesús mismo es el perdón

4. El motivo para que ningún acusador pueda condenar a la mujer no es una argucia de un gran maestro de ética, de sabiduría y de santidad. Es otra cosa. Es la epifanía para todos los seres humanos peadores del mismo perdón de Dios.

3. La gracia y el perdón es el camino de Pablo

5. En ello aparece en las últimas palabras de Jesús el Cristo: “No peques más!”. Paolo, en la segunda lectura, confiesa que vive casi arrollado completamente por éste perdonar de Dios através de Cristo. La pasión , la muerte y la resurrección de Jesús son la prueba y la manifestación del perdón de Dios. En ese nivel vivencial del perdón de Dios en y por Cristo, ya nada más tiene valor ante el amor perdonador de Dios. Todo lo demás es echado fuera como un si fuera”basura” para alcanzar el evento glorioso de la pasión y de la pascua de Cristo.
6. Pablo sabe que todo esto que ya ha sucedido es precisamente nuestro auténtico futuro. Él va, a la carrera, esta calle recta, sin mirar ni a la derecha ni a la izquierda. Sólo le interesa la “meta” que tiene delante. La meta es ‘presencia’, él, ser humano, está ya “agarrado” por Cristo.

7. Pablo afirma que toda su existencia recibe su sentido de esta “carrera”. Cada mirada atrás, a la culpa cometida para afligirse de ella, no tiene sentido, porque la culpa ha sido perdonada.

4. “He aquí, hago una cosa nueva”.

8. En el Antiguo Testamento se ha ejemplificado todo en el Éxodo de Egipto. El recuerdo de la esclavitud y la tentsción envel desierto. En ese contexto tienen un gran sentido las últimas palabras de Jesús el Cristo: “No peques más!”. Han hecho verdad el mandamiento de la primera lectura; “Ya no recordáis las cosas pasadas”.
9. En Israel fue una costumbre el poner el principio de la salvación en la liberación de Egipto. Con esta memoria del inicio se quería fortificar la fe en el Dios, libertadir y oerdonador, que caminaba con su pueblo. Pero Dios no desea simplemente la “firmeza de la memoria”, Ahora ya no es el tiempo del destierro: Dios promete una cosa nueva y algo que ya está por llegar ; el “Nuevo Testamento/Pacto por la sangre de Crusto Jesús. Así Dios abre una nueva calle que atraviesa el desierto de la historia hacia la salvación, plena y gloriosa.

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