SAN IRENEO, MÁRTIR, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

San Ireneo nació hacia el año 120. Era griego, probablemente natural de Asia Menor. Sus padres eran cristianos. Fue discípulo del gran mártir San Policarpo, obispo de Esmirna.
En esta escuela tan santa aprendió la ciencia sagrada que lo convirtió después en un gran ornamento de la Iglesia y el terror de los herejes. San Policarpo cultivó su genio naciente y formó su mente para la piedad mediante los preceptos y su ejemplo. y el celoso erudito tuvo cuidado de aprovechar todas las ventajas que le ofrecía la felicidad de tal maestro.
Tal era su veneración por la santidad de su tutor, que observaba cada acción y cuanto veía en aquel santo varón, para copiar mejor su ejemplo y conocer su espíritu. Escuchaba sus instrucciones con ardor insaciable y las grababa tan profundamente en su corazón que las impresiones permanecieron vivas incluso hasta su vejez.
Para refutar las herejías de su época, este Padre de la Iglesia, se familiarizó con las presunciones más absurdas de sus filósofos, por lo que estaba calificado para rastrear cada error hasta sus fuentes y exponerlo en toda su luz.
San Policarpo envió a San Ireneo a la Galia, en compañía de algunos presbíteros; él mismo fue ordenado presbítero de la Iglesia de Lyon por San Potino. Habiendo glorificado San Potino a Dios con su feliz muerte, en el año 177, Iraneo fue elegido segundo obispo de Lyon.
Con su predicación convirtió en poco tiempo a la fe a casi todo el país. Escribió varias obras contra la herejía y finalmente, junto con muchos otros, sufrió el martirio alrededor del año 202, bajo el emperador Severo, en Lyon.
Fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa Francisco en 2022.
San Ireneo escribió en el siglo Ii: « […] la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión De Dios », Del Tratado de san Ireneo, obispo, contra las herejías (Libro 4, 20, 5-7: SC 100, 647. Hoy, alas 5 de la mañana, lo hemos oîdo, en Maitines, con los monjes de Poblet.

JGA