2 DE FEBRERO: SOLEMNIDAD DEL ENCUENTRO (HYPAPANTI) DE NUESTRO SEÑOR, DIOS Y SALVADOR JESUCRISTO EN EL RITO BIZANTINO

  1. Eteria nos dejó de su estancia en Jerusalén (siglo IV) una referencia a la fiesta del 2 de febrero. No dice su nombre, pero informa que “el cuadragésimo día “después de la manifestación del Señor en la tierra “se celebra una gran solemnidad”. Hay “una procesión hasta la Anlstasis” y todo ocurre como en Semana Santa. Luego dice que el obispo lee y comenta el pasaje de Lucas (2, 21-39) que también se lee en las Iglesias de Oriente y Occidente el 2 de febrero.
  2. Todo indica lo antigua y solemne que es la fiesta y muy significativa la referencia de Eteria a la Pascua.

Se celebra el santo Encuentro público, en el Templo de Jerusalén, del Verbo de Dios con su pueblo, representado por Simeón y Ana. El nombre Hypapanti también indica el encuentro del Antiguo y el Nuevo Testamento.

  1. Es una fiesta cristológica, aunque el mismo tropario principal y otros del rito bizantino están dirigidos a la Madre de Dios. “Salve, llena de gracia, Madre de Dios y Virgen, porque de ti ha salido el sol de la justicia, Cristo, nuestro Dios, iluminando a todos los que están en la oscuridad. Alégrate tú también, oh justo vigilante, que has recibido en tus brazos al libertador de nuestras almas, que también nos trae la Resurrección”.
  2. Nacida en Jerusalén donde María y José, respetando la Ley, subieron al Templo con el pequeño Jesús y la pareja de palomas, la fiesta del 2 de febrero fue introducida en Roma, como nos atestigua el Liber Pontificalis, por un Papa de origen oriental, Sergio I (687-701), el mismo que introdujo allí las fiestas de la Natividad, de la Anunciación y de la Dormición o Asunción de la Madre de Dios.
  3. Jesús, siendo aún niño, actuó a través de su madre. Se dice ya en el tropario del día de la víspera: «II coro celestial de los Ángeles¡, inclinado hacia la tierra, ve al primogénito de toda la creación traído al Templo, como un niño pequeño, por la Madre Virgen. Lleno de alegría, por lo tanto, canta con nosotros el himno de la prefesta”.
  4. La solemnidad del Encuentro concluye el 9 de febrero, pero los días posteriores a la fiesta pueden reducirse si la Pascua se celebra ya a finales de marzo. El contaquio, a menudo repetido durante todo ese periodo, se remonta al siglo VI y tiene como autor a Romano el Melode: “Tú que has santificado un seno verginal y has bendecido como convenían las manos de Simeón; si has venido y nos has salvado, Cristo Dios. En las guerras da paz a tu pueblo y fortifica a los gobernantes que amas, oh gran Amigo de los hombres”.
  5. Del patriarca Germano de Constantinopla son, en cambio, los breves homnos intercalados en los versículos de los salmos en las Vísperas, incluyendo este: «Vamos también al encuentro de Cristo con canciones inspiradas y acogemos a Aquel en el que Simeón ha visto la salvación. Es el que David anunció, que habló en los profetas, que se encarnó por nosotros¡ y nos instruye con la ley. ¡Adoramos!”.
  6. También hay una composición del Himnógrafo bizantino Juan Damasceno: “Abrid hoy la puerta del cielo! El Verbo eterno del Padre, habiendo comenzado su existencia temporal sin separarse de su divinidad, se deja llevar al Templo, según la ley, por la Madre, como niño de cuarenta días. El anciano (Simeón) lo recibe en sus brazos diciendo: “Déjame ir porque mis ojos han visto tu salvación”. Oh tú que si has venido al mundo para salvar a la humanidad: ¡Señor, gloria a ti!”.
  7. El icono del 2 de febrero nos presenta a todos los personajes de los que habla la liturgia; la recreación plástica de la escena siempre tiene una tendencia procesional. Simeón está en un lugar que subrallscsu dignidad, pero casi en la misma línea, vemos a José con las dos palomas, María y, en el lado opuesto,Ana.. A veces, Jesús está en los brazos de María, pero en algunos casos Simeón lo sostiene, inclinado en una actitud de profunda adoración. La cortina de fondo indica que la escena se desarrolla en el Templo.
  8. En el rito bizantino no hay procesión ni bendición de las candelas. La riqueza de los tesos propios (más de 60), tan llenos de referencias bíblicas y de poesía orante, hacen penetrar a los fieles en el significado profundo y perenne de la fiesta del Encuentro.. “Aquel que después de dar a Moisés la Ley, se somete a los preceptos de la Ley, habiéndose hecho semejante a nosotros en su amor a los hombres” (Vísperas).
    «Sion […] acoge a Mana, la puerta del cielo: ella es similar al trono de los Querubines y sostiene al Rey de la gloria. La Virgen es una nube de luz que lleva al Hijo hecho carne, nacido antes de la estrella de la mañana […]».

Mons. Jaume González-Agàpito

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