SAN PABLO VI, A QUIEN YO SERVÍ
- TIempo dificil. Tiempo de prueba. Hoy es San Pablo VI. Papa que yo vi, conocí y amé. Hombre de Dios y hombre de Iglesia. Persona que tuve la gracia de ver y conocer un poco de cerca. Persona que yo admiré, en su ingente trabajo, duro, eficaz y sobrenatural, cuando serví en Secretaría de Estado.
- Hombre calumniado, odiado y maldecido por “los profetas de calamidades”, algunos incluso de hoy mismo.
- Hombre que cuando fui de servicio, al Sudán y a la Región del Mar Rojo, en 1974, me dijo, mirándome con sus profundos ojos y agarrándome afectuosamente las manos: “Va a un lugar duro y a un entorno difícil: sepa siempre perdonar”.
- Hombre que, estando yo sirviendo en la Nunciatura del Brasil, me dijo en 1976, abrazándome, los dos solos, en el Vaticano: “Gracias por su fidelidad y por su amor a la Iglesia: no todos los de nuestro servicio son fieles
al Papa. Usted sea ‘mártir’ y fiel en un Brasil muy dividido”. - Y, cuando yo salía: “Salúdeme al querido cardenal Aloísio Lorscheider, a quien usted comunicó, en nombre mío, que era cardenal, hace tres meses. Él lo aprecia mucho. Dígale@: “El Papa le pide: no tenga miedo, estoy con usted y con el CELAM”.
Mons. Jaume González-Agàpito