SØREN KIERKEGAARD: LA DOCTA IGNORANCIA EN LA VOLUNTAD DE VIVIR Y EXISTIR INSERTO EN LO DIVINO
- Muy pronto se hace patente en Kierkegaard un leitmotiv que se afirmará a lo largo de toda su existencia, y que cabe reducir a la fórmula siguiente: no teorÃa y puro saber, sino acción y vida; no objetividad neutral e imparcial, sino empeño y decisión total de la personaâ€.
- Escribe Kierkegaard en su Diario (primero de agosto de 1835): “Lo que me hace de veras falta es ver perfectamente claro lo que debo hacer, no lo que debo saber, fuera del conocimiento estrictamente requerido para todo obrar. Lo que me importa es entender el propio sentido y definición de mi ser, ver lo que Dios quiere de mà verdaderamente, lo que debo hacer. He de encontrar una verdad; la verdad es para mà hallar la idea por la que yo quiero vivir y morirâ€.
- Nada aprovecha a Kierkegaard saber especulativamente una verdad denominada ‘objetiva’, familiarizarse con la historia de la filosofÃa, poder desarrollar una teorÃa del Estado, construir un mundo, delinear hasta en sus últimos detalles la significación del cristianismo en el mundo. Si todo esto lo realizo meramente para que otros lo contemplen, sin vivirlo “yo mismo†es trabajo perdido.
- Ningún sentido tiene para Kierkegaard la verdad colocada ante él, frÃa y desnuda, en su pura objetividad. La cosa está en reconocerla y aceptarla vitalmente.
“Lo que me hace falta es llevar una vida perfectamente humana, no una vida de puro conocimiento. Quiero llegar a cimentar mis reflexiones mentales sobre algo […] tan hondo como las más profundas raÃces de mi existencia, por las que estoy, por decirlo asÃ, inserto en lo divino, y aferrarme a ello aunque se hunda el mundoâ€.
Jaume González-Agà pito